Después de acudir a diversos médicos especialistas y que le recetaran fármacos para cada dolor que sentía, la vida de Estefany Cortez dio un gran giro cuando le detectaron fibromialgia, a los 28 años. Tras probar varias terapias, ella ha logrado sobrellevar su enfermedad con la práctica del yoga y mostrando su lado vulnerable ante la sociedad. 

Su historia de lucha y supervivencia comienza mucho antes de conocer que padecía fibromialgia. Estefany, de 31 años, recuerda que desde pequeña se enfermaba de manera frecuente. Siempre sintió que era sensible al entorno y a diferentes dolores, como en las articulaciones. Era una situación “normal” en su vida. “En mi caso, era super normal cargar con el paquete de pastillas para todos lados”, comenta.

Lo que Estefany asumía como “normal” en su vida cambió a los 23 años, cuando tuvo un fuerte cuadro de insomnio y no pudo dormir por cinco días. Aunque antes de esta situación ya tenía problemas para dormir, esta vez ella se sentía disociada, además de tener mucho dolor, migrañas y estreñimiento.

La joven visitó a médicos de diversas especialidades, entre ellos cardiólogos y neurólogos, hasta que llegó al área de psiquiatría, donde llevó terapia cognitivo-conductual. A pesar de haberse mudado de Venezuela al Perú cuando tenía 25 años, la terapia que llevaba fue la mejor herramienta para comenzar un proceso de autosanación.

Estefany Cortez cuenta que ha vivido el camino de la fibromialgia bastante sola por ser una paciente joven, pero se dio cuenta que el yoga podía ayudarla a sobrellevar lo que estaba viviendo. Imagen: Estefany Cortez

Estefany es publicista y productora de eventos de profesión, llegó a Perú a través de un voluntariado y tuvo oportunidades de trabajo que le abrieron las puertas para quedarse en el país seis años. Durante este tiempo, los dolores y múltiples síntomas la llevaron nuevamente a visitar a diversos especialistas, hasta que le recomendaron un médico que le cambiaría la vida. 

La joven recuerda que el doctor Jorge Pun, en una primera cita, le recetó una desintoxicación de su cuerpo. Ella llevaba mucho tiempo medicándose por los dolores que tenía a diario. En su segundo encuentro, el especialistas le hizo unos toques en algunas zonas de su cuerpo y le dijo que padecía fibromialgia. 

La fibromialgia es una enfermedad reumatológica que afecta, principalmente, músculos y tendones y se caracteriza por dolor crónico, fatiga, cansancio, dificultad para conciliar el sueño, adormecimiento en extremidades, rigidez en articulaciones y dolor articular, según explica la reumatóloga Denisse Toledo. Aunque afecta principalmente a mujeres, está relacionada con diversos factores, como la carga laboral, estrés, ansiedad, depresión, trastornos de sueño.

Estefany durante una de las clases de yoga que realizó en el Centro Holístico Acitmar, en Venezuela. Imagen: Acitmar 

Para Estefany, la fibromialgia es un síndrome de sensibilización del sistema nervioso central. “Es como si a mi sistema nervioso le hubiesen quitado diez capas y todo lo percibo más. Entonces, andas por la vida sin filtro y es un sistema nervioso totalmente estresado”, explica.

Estefany recuerda que, luego de su diagnóstico, seguía tomando medicamentos y probando terapias que la pudieran ayudar. Gracias a la recomendación de su psicólogo, comenzó a practicar yoga y se percató de que le ayudaba mucho con el dolor. Luego de algunos brotes de fibromialgia, decidió renunciar a su trabajo e iniciar un profesorado en yoga.

Un tratamiento ideal para pacientes con fibromialgia debe ser integral e incluir la medicina, la psicoterapia y la rehabilitación, de acuerdo con la doctora Toledo, quien resalta que el tratamiento médico para disminuir el dolor y los receptores del dolor que se encuentran alterados, la psicoterapia, muchas veces se combina con la práctica de mindfulness y la medicina física de rehabilitación, para realizar actividades como la acupuntura, pilates, yoga, terapia física integrada.

El yoga es una actividad que ha traído tranquilidad a la vida de Estefany, pues gracias a esta amplió su mirada y empezó a ser más consciente de sus propios hábitos, principalmente su alimentación y el manejo del estrés. A pesar de que ya puede identificar los alimentos que no le hacen bien a su cuerpo, reconoce que aún no ha logrado una dieta perfecta para mantener en equilibrio su salud.

Estefany junto a los asistentes a la clase exclusiva de meditación y yoga para la tercera edad. Imagen: Acitmar

Al terminar su profesorado en yoga, Estefany decidió hablar sobre su enfermedad a través de sus redes sociales, con el fin de ayudar a quienes lo necesiten. Comenzó con la publicación de una serie de videos en su cuenta de Instagram y se dio cuenta de la importancia de reconocer que era vulnerable, hablar desde el proceso y promover el autoconocimiento”. Considera como parte de su legado la autorresponsabilidad. “Si a mi me toca vivir así, yo voy a hacer lo mejor que pueda con lo que tengo”, comenta.

Desde su cuenta en Instagram, Youtube y Spotify, Estefany no solo publica contenido sobre su proceso con la fibromialgia y su práctica de yoga, también comparte su experiencia ayudando a pacientes con otras enfermedades. Como profesora de yoga, trabaja no solo con pacientes de fibromialgia sino también con personas que tienen condiciones crónicas. Confiesa que se siente muy bien poder servir a los demás; sin embargo, es complicado porque es muy agotador.

Hace seis meses, Estefany regresó a Venezuela, su país natal, y desde este año, ha decidido quitarse poco a poco la etiqueta de la fibromialgia. Admite que su enfermedad la empujó a desarrollar su autocompasión y ahora se encuentra muy bien porque es más consciente y es su mejor compañía. “Si me toca vivir así, ¿cómo puedo vivir de la mejor forma?”, se pregunta. La respuesta que da es que solo una misma puede hacer el trabajo del autoconocimiento.