Como parte de la cobertura especial sobre el COVID-19, Convoca.pe entrevistó al presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, Jesús Valverde, quien hizo un análisis de la respuesta del gobierno a la pandemia en relación a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y advierte que no es visible el impacto del funcionamiento del Hospital de Ate en la atención de pacientes graves por el nuevo coronavirus.

El Perú registra más de 400 fallecimientos a causa del COVID-19 y los sistemas de salud del país están en jaque, pero son los médicos intensivistas quienes libran una dura batalla por la vida de sus pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Hasta la fecha son 167 los casos en situación crítica conectados a ventiladores mecánicos para sobrevivir. El sábado 18 de abril, el presidente Martín Vizcarra, reconoció el colapso del Hospital Dos de Mayo, uno de los nosocomios de referencia de Lima, así como la situación crítica del Hospital de Ate, el establecimiento de salud de mayor importancia para casos de COVID-19.

En el mismo pronunciamiento, el ministro de Salud, Víctor Zamora, indicó que están mejorando los hospitales para tener más camas de cuidados intensivos. Pero, ¿es solamente la falta de camas UCI la causa del problema del colapso del sistema?

Para conocer la situación de las áreas de cuidados intensivos en la lucha contra la pandemia en el país, Convoca.pe conversó con el doctor Jesús Valverde, presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, quien aseguró que el gobierno pecó de "exceso de confianza" al afirmar que el hospital de Ate era el mejor equipado para atender a los pacientes graves de COVID-19, olvidando la necesidad de ventiladores mecánicos y el recurso humano especializado para atender en las UCI. Actualmente el Perú solo cuenta con 700 intensivistas, pero hace falta el doble de personal, para cubrir todas las camas disponibles a nivel nacional.

Valverde afirma que, ante el reducido número de médicos intensivistas, es necesario fortalecer las capacidades de las UCI en los hospitales de referencia, mientras se completa el personal necesario en el Hospital de Ate. Sobre la situación en las regiones, donde hay menor cantidad de especialistas en cuidados intensivos, refirió que sólo queda trabajar en horas complementarias para cubrir la falta de personal médico.

Pero el doctor Valverde, con 20 años de experiencia como médico intensivista, pidió a la jefa del Comando de Operaciones COVID-19, Pilar Mazzetti, que responda si el país cuenta realmente con 504 camas UCI exclusivas para pacientes graves, tal como esta declaró a Cuarto Poder el pasado 5 de abril, ya que antes de la emergencia nacional, se contaban con 820 camas, de las cuales, en promedio, el 80% estaban ocupadas por pacientes de diversas enfermedades. 

Convoca.pe también le preguntó a Mazzetti vía WhatsApp, el mismo día de su declaración al programa de América TV, cómo estaban distribuidas las 504 camas y una semana después se hizo la misma consulta a la oficina de comunicaciones del Ministerio de Salud. En ambos casos no obtuvimos respuesta.

A continuación, la entrevista al representante de los médicos intensivistas en el Perú.

Al iniciar el estado de emergencia, el presidente Vizcarra y la entonces ministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, aseguraron que el hospital de Ate sería equipado para los pacientes graves de COVID-19, ¿este fue un exceso de confianza o el hospital realmente tiene esa capacidad? 

Hubo exceso de confianza porque dieron prioridad al equipamiento tecnológico cuando el recurso humano es lo más importante de un nosocomio. El hospital de Ate está diseñado para tener 40 o 50 camas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y tiene áreas de hospitalización de 100 a 150 camas. En el hospital de Ate se cuenta con equipos e infraestructura, pero no con suficientes recursos humanos para operar. Ese hospital tiene 20 ventiladores mecánicos en UCI en funcionamiento y hay otras 25 camas, pero sin equipamiento completo

 

¿Qué medidas debe tomar el gobierno para incrementar significativamente la capacidad de hospitalización en lo que queda de la pandemia?

Lo que hace falta es personal especializado. Creo que es una estrategia importante el incremento de honorarios para atraer a personal que están trabajando en cuidados intensivos de otros hospitales o en clínicas que no son de referencia de COVID-19, para llevar a esos especialistas al hospital de Ate. 

 

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El representante de los médicos intensivistas señala que Ate tiene equipamiento tecnológico, pera le hace falta personal especializado para operar en su total capacidad. Foto: Difusión.
 

A nivel de Lima hay una mayor concentración de especialistas en cuidados intensivos, pero no en las regiones, ¿se puede aplicar una medida similar en los hospitales del interior del país?

Se deben potenciar las capacidades en cada región. Me refiero al hecho de que un médico tiene una jornada laboral de 150 horas, pero en esta situación de emergencia, se debe extender esa jornada laboral a 100 horas más, pero aumentando el sueldo. El personal de salud que trabaja en áreas críticas, tiene hasta dos o tres trabajos en otros hospitales o clínicas, y su carga horaria es bastante incrementada. Lo que se debe hacer es que trabajen en horas complementarias en las UCI de los hospitales regionales.

 

La doctora Pilar Mazzetti, quien lidera el 'Comando COVID-19', afirmó que hay 504 camas de UCI con sus respectivos ventiladores mecánicos entre el Minsa, EsSalud, establecimientos militares y policiales, así como clínicas, ¿esta información es cierta? ¿con cuántas camas UCI contamos realmente? 

Nosotros no sabemos de dónde se ha sacado esa cifra. Antes de la pandemia teníamos un registro total a nivel nacional de 820 camas en áreas de cuidados intensivos, cuidados intermedios y vigilancia intensiva, de acuerdo al nivel de complejidad de cada hospital, donde laboran los médicos intensivistas, pero teniendo en cuenta que el equipamiento de un puesto en UCI es una cama física, un monitor de funciones vitales, un ventilador mecánico, y un aspirador, que son los cuatro elementos de una cama UCI.

Ahora la estrategia del gobierno ha sido crear lo que llamamos las ‘UCI’s extendidas’, es decir, crear camas adicionales fuera de la estructura natural de las UCI y sean para uso exclusivo de pacientes graves de COVID-19. Por ejemplo, en el hospital 'Dos de Mayo' se creó una ‘UCI COVID-19’ con seis camas y ahora se ha ampliado a doce camas. Yo no creo que sumen 504 camas exclusivas para pacientes COVID, porque los hospitales emblemáticos tienen como máximo entre doce a quince camas. Por ejemplo, en Lima las cifras de camas 'UCI COVID-19' es doce en el hospital Dos de Mayo, y los hospitales Cayetano Heredia, Collique e Hipólito Unanue, tienen 5 camas cada una. 

Sería bueno que la doctora Mazzetti responda si se crearon 504 camas nuevas de UCI o si están considerando las camas que están desocupadas, pero aún así no creo que pueda alcanzar ese número porque en promedio las UCI están ocupadas en un 80% por otras patologías recurrentes.

 

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Jesús Valverde señala que la directora del Comando COVID-19 debe explicar como llegó a determinar que se cuentan con más de 500 camas de UCI a nivel nacional para pacientes de coronavirus. Foto: Andina.
 

¿Con cuántas camas de UCI contamos en Lima y en regiones? 

Del total de 820 camas, en Lima tenemos aproximadamente el 70%, es decir, alrededor de 560 camas. La diferencia está en regiones, que son unas 220 camas. Las 820 camas son la suma de los establecimientos del Minsa, EsSalud, las Diresas, las Fuerzas Armadas y clínicas. Pero esas camas no son exclusivas para pacientes con COVID-19.

 

¿Existe equivalencia entre las cifras de camas de UCI y el número de médicos intensivistas? 

Tenemos registrados 700 médicos intensivistas en el Colegio Médico. A eso se agregan 1500 enfermeras intensivistas y unos 1200 técnicos que trabajan en las áreas de cuidados intensivos. Eso es insuficiente para abarcar la cantidad de camas. La mayoría de los médicos intensivistas trabaja en dos lugares y solo así puede suplir la carencia del recurso humano. Por eso es que nosotros estimamos que la cantidad de intensivistas que faltan son 700.

Me pongo como ejemplo. Yo trabajo como intensivista en dos establecimientos, en el Hospital Dos de Mayo y en la Clínica San Pablo, con una carga de 150 horas por cada una establecimiento, por lo que estoy cubriendo la carga laboral de otra persona, porque falta recursos humanos. Otros colegas trabajan hasta en tres lugares. Necesitaríamos el doble de médicos intensivistas para cubrir las UCI a nivel nacional. 

 

¿Cómo es la dinámica de los médicos intensivistas que trabajan entre casos de COVID-19 y otras enfermedades?

Te puedo explicar la situación en el hospital Dos de Mayo donde tenemos 28 pacientes en UCI que no son COVID-19 y los atendemos. En la UCI de neumología atendemos a 12 pacientes con COVID-19. Hay equipos que se han destinado de forma exclusiva para cada sala, a fin de evitar la infección cruzada, que es llevar la infección de un área a otra.  No se puede garantizar que la infección cruzada se evite cuando el intensivista sale a trabajar a otro establecimiento porque un médico es un portador natural de este virus ya que tiene contacto con estos pacientes y puede llevar el virus a otro lugar donde trabaja o a su vivienda, por eso pedimos que de forma semanal nos tomen pruebas rápidas. 

 

¿Y las autoridades están cumpliendo con tomarles las pruebas rápidas a los médicos intensivistas para evitar la infección cruzada?

No se está cumpliendo. Cada uno se está tomando las pruebas en el propio hospital donde labora.

 

¿Se han reportado casos de médicos intensivistas con COVID-19? 

Sí, hay casos en Lima que se han manejado con discreción y les han dado la cuarentena de 14 días. Son casos positivos de COVID-19 pero leves, no se han encontrado casos graves.

 

¿Cuál es la situación con el acceso a Equipos de Protección Personal (EPP) para los médicos intensivistas?

Se está racionalizando bastante porque habrá carencia de Equipos de Protección Personal (EPP). Por lo que está pasando a nivel mundial no hay mascarillas, entonces nuestras mascarillas las estamos cuidando bastante para que no se maltraten para que estén en buen estado. El EPP consta de un mameluco, también nos dan un mandilón descartable, la gorra, cubre zapatos, manoplas, gafas, guantes, que se usan una vez por guardia, y la mascarilla que la podemos utilizar hasta por siete días en el mejor de los casos. Nos están avisando que vamos a tener carencia de mascarillas que es el elemento más importante porque el virus se mete por la vía aérea, es decir por la boca y fosas nasales. 

 

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Valverde señala que en los hospitales se está comunicando que habrá carencia de mascarillas N95 por lo que los médicos están tomando medidas para cuidar estos elementos de protección. Foto: Difusión

 

En un escenario de guerra internacional por los insumos y equipos necesarios para la atención en UCI, ¿a qué debe apuntar el país para ser menos dependientes de la tecnología en sanidad que importamos? 

Los peruanos tenemos capacidad de producir nuestros equipos. Lo están demostrando los equipos de la Marina y la PUCP que por la premura del tiempo se están haciendo equipos básicos, pero estos prototipos se deben mejorar con el tiempo. En el caso de EPP podríamos tener una producción nacional para lo que hay que cumplir ciertos estándares. Siempre en las carencias los peruanos hemos tenido la oportunidad de producir de nuestros propios elementos. 

 

Hace tres días la presidenta de EsSalud, Fiorella Molinelli, precisó que la Villa Panamericana tenía 221 pacientes y se ha dado de alta a 83 personas. Parece que esa sede da resultados, pero la situación en los hospitales es totalmente distinta. ¿a qué se debe esa diferencia?

Lo que se tenía que hacer era repotenciar los hospitales que contaban con recurso humano calificado y luego por último era mejorar la estructura de edificios que no han sido diseñados para hospitales. A la Villa Panamericana están llevando los casos más fáciles, que solo requieren una observación temporal y que podrían estar en su domicilio. Lo que está faltando es capacidad resolutiva de nivel alto. Falta optimizar el Hospital de Ate con recursos humanos para llegar a operar las 100 camas UCI que tienen y que por falta de personal solo están funcionan 20. 

Es necesario repotenciar las capacidades donde los equipos de UCI ya están formados como en los hospitales Loayza, María Auxiliadora, Hipólito Unanue, Dos de Mayo, y otros, donde está asegurado el recurso humano, mientras que Ate está tratando de atraer especialistas, pero no se ve el impacto de ese establecimiento porque no hay llegado a la cantidad mínima de médicos. Ate necesita como mínimo 50 médicos intensivistas y solo tienen entre 15 y 20. 

 

¿Por qué cree que se priorizó la Villa Panamericana? 

Creo que la Villa Panamericana fue una decisión más política que técnica para tener una noticia de impacto. Yo estoy en el comité de expertos del Ministerio de Salud y nunca pasó por este comité una decisión sobre la Villa. Nos sorprendió a todos porque lo que se había decidido era potenciar las capacidades de los hospitales. Un hospital no es solo equipamiento, se tiene que dotar de recurso humano y esos equipos de trabajo se tienen que conocer, no se puede jalar médicos de un lado o de otro. No es fácil consolidar un equipo.

 

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Para el doctor Jesús Valderde en la elección de la Villa Panamericana como lugar de atención pasó más por un criterio político que técnico. Foto: Andina.
 

En declaraciones a otros medios usted ha señalado que la especialidad de intensivista no es tan atractiva para los estudiantes de medicina, ¿cree que luego de esta crisis más médicos verán importante la especialidad?

Nosotros somos los profesionales anónimos en todo esto. En COVID-19 hablan mucho del neumólogo e infectólogo, pero somos los intensivistas los que le damos soporte avanzado de vida a los pacientes graves. No hay mal que venga por bien, y en esta emergencia los intensivistas nos estamos dando a conocer en este mundo tan complicado como la profesión médica y estoy seguro que vamos a tener la mayor cantidad de postulantes a las plazas de cuidados intensivos en los próximos residentados médico.

 

Hace varios años que el sistema de salud está dividido entre el Minsa, EsSalud y las Diresas. ¿Cuál cree que deba ser la lección que el sistema de salud pública saque de esta crisis sanitaria? 

Me sumo a la posición del ministro de Salud, Víctor Zamora, porque después de esto se tiene que crear un solo sistema de salud pública. No puede haber tres o cuatro instituciones que estén liderando la salud en el país. Necesitamos focalizar las patologías en determinados hospitales, fortalecer la capacidad del médico y utilizar sus máximas habilidades para recuperar a los pacientes enfermos. 

No debería haber un comando de COVID-19 porque la estrategia la debería liderar el ministro de Salud, pero estamos creando comandos y equipos para tratar de unificar criterios, pero no se ha logrado porque da la sensación de que EsSalud va por un lado, el Minsa por otro lado y no se complementan. Creo que a partir de ahora la salud pública debe ser tomada en serio y tener mayor porcentaje en los presupuestos.