Entre ellos aparece la cabeza de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, quien se acogió al acuerdo de ‘colaboración’ con la Justicia de Brasil.

 

Los representantes de Odebrecht aseguraron en reiteradas ocasiones a la prensa, incluso en visitas que realizaron este año a algunos medios, que los pagos de sobornos de la compañía en Brasil no tenían relación con las operaciones de Odebrecht en Perú. Son dos empresas distintas, decían. Algunos políticos vinculados con las obras ejecutadas por esta empresa, repetían el discurso.

El jueves 22 de diciembre, después de conocerse los sobornos confesados de Odebrecht desde Estados Unidos, el presidente Pedro Pablo Kuczynski incluso aseguró que la empresa no es culpable sino “algunos directivos”. Pero a estas alturas ya es conocido que Odebrecht armó una oficina especial para el pago de coimas: la División de Operaciones Estructuradas.

Según el documento del Departamento de Justicia de Estados Unidos que resume en 74 páginas la confesión de varios de los directivos de la empresa brasileña, “el empleado de Odebrecht 1 (de la División)” era el responsable de aprobar los sobornos aproximadamente hasta 2009 para luego delegar esta práctica ilegal “a los líderes en Brasil y los líderes de varios países en las otras jurisdicciones”. Y como sabemos en Perú, ya en 2009 Jorge Henrique Simoes Barata era el director Superintendente de Odebrecht en Perú, el máximo representante, y tenía a su cargo la empresa Odebrecht Latinvest, responsable de las inversiones del gigante brasileño en diferentes países de Latinoamérica como lo admitió ante la comisión parlamentaria encabezada por el excongresista Juan Pari que investigó estos hechos.

Barata además fue uno de los visitantes recurrentes a Palacio de Gobierno en 2009, en los tiempos de Alan García, según el registro de visitas al que accedió Convoca.pe. Ese es el año en que Odebrecht encargó a los “líderes” de cada uno de sus filiales aprobar directamente el pago de los sobornos.

 

Los directivos de Odebrecht que se acogieron a la delación premiada

 

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Sin embargo, Barata fue uno de los directivos que aseguraba que lo sucedido en Brasil no tenía conexión con los negocios en Perú. Hoy es uno de los casi 80 directivos de Odebrecht que se ha acogido a la delación premiada (colaboración) a cambio de la reducción de la pena.

Con el escenario agitado por las revelaciones, esta tarde Odebrecht Latinvest en Perú anunció el nombramiento de un nuevo funcionario como presidente de la compañía en el país: el ingeniero Mauricio Cruz. Esta designación forma parte “del proceso de reestructuración en curso” de la compañía “a partir de la firma de acuerdos internacionales para la resolución de la investigación sobre la participación en actos ilícitos realizados en beneficio de empresas pertenecientes al grupo” Odebrecht, aseguró la empresa en un comunicado para luego señalar que colaborará con las autoridades peruanas.

 

La oficina de sobornos

El nivel de detalle del funcionamiento de la División de Operaciones Estructuradas que ahora se conoce resulta revelador. En el documento del Departamento de Justicia de Estados Unidos no se detallan los nombres de los funcionarios que integraban esta oficina, sino que se les asigna un número y se describe la función que realizaban en este sofisticado sistema de corrupción. Así, entre 2006 y 2015, la División tuvo como un “alto ejecutivo” al “Empleado de Odebrecht 2” quien trabajaba con los llamados ‘doleiros’, traficantes de las divisas usadas para el pago de los sobornos.

El “Empleado de Odebrecht 1” era el responsable de aprobar los sobornos dirigidos desde la División de Operaciones Estructuradas hasta “aproximadamente 2009”. Entre 2009 y 2015 se menciona en el documento que fue director de Braskem. También recibía directamente del “Empleado de Odebrecht 2” las actualizaciones de pagos hechos por la División. Después de 2009, el “Empleado de Odebrecht 1” delegó la responsabilidad de aprobar los pagos a los llamados “líderes del negocio” en Brasil y de otros países.  

Para las coordinaciones y el manejo de los sobornos, los miembros de la División usaban dos sistemas informáticos: el “MyWebDay” y el “Drousys”. El primero servía para realizar solicitudes y procesamientos de pagos, generar y rellenar hojas de cálculo que internamente llevaban para la  contabilidad  del “presupuesto oscuro”. Incluso, la empresa diseñó un manual para el uso del “MyWebDay”, que fue puesto al descubierto en marzo de este año gracias a la colaboración, con la justicia de Brasil, de Maria Lúcia Guimarães Tavares, una de las exsecretarias del grupo Odebrecht, aseguró la prensa brasileña.

El otro sistema, "Drousys", permitía a los miembros de la División de Operaciones Estructuradas comunicarse con algún otro operador financiero externo y otros “co- conspiradores” a través de correos seguros y mensajes instantáneos.  Para encubrir sus actividades, los usuarios de este sistema utilizaron una serie de nombres codificados que les permitió encubrir sus identidades, y se dirigían a los destinatarios de los sobornos e intermediarios usando códigos adicionales y contraseñas. 

 

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El  “presupuesto oculto”

El uso de la tecnología fue una de las características de esta División pero también tuvieron otras modalidades para distribuir y ocultar el movimiento de los sobornos que Odebrecht nunca registró en sus balances. Estos “fondos no registrados”, fueron generados por la compañía brasileña a través de diferentes métodos como cargos cobrados de las filiales, tasas atribuidas a proveedores de servicios y subcontratistas o retenciones no declaradas.

Cuando estos fondos eran generados, se colocaban en una serie de compañías offshore que tampoco estaban incluidas en el balance de  Odebrecht. Estas empresas de papel fueron fundadas y manejadas por la División de  Operaciones Estructuradas así como beneficiarios que eran recompensados para abrir y, en algunos casos, dirigir estas entidades. 

Odebrecht también usaba estas compañías offshore para ocultar y disimular pagos hechos a partidos políticos, funcionarios de partidos políticos extranjeros y candidatos políticos en varios países. 

Muchas de las transacciones estaban en múltiples niveles de  compañías offshore y cuentas bancarias alrededor del mundo. A menudo, las transferencias de fondos  ilícitos se realizaban a través de cuatro niveles de cuentas bancarias offshore antes de que el dinero llegue al receptor final. 

Los fondos eran desembolsados desde la compañía offshore a la dirección de la División de Operaciones Estructuradas. Estos montos llegaban a los ‘doleiros’, quienes luego entregaban los pagos en efectivo tanto dentro como fuera de Brasil en  mochilas o maletas en lugares que decidía el beneficiario de los fondos. 

Otra forma en la que se movieron fondos ilícitos fue a través de la compra, en 2010, de una pequeña filial del banco de origen austriaco, Meinl Bank, en la isla de Antigua en el Caribe. La ubicación de esta adquisición era estratégica: Antigua cuenta con estrictas leyes de protección del secreto bancario y el intercambio de información con lo que se pudieron abrir cuentas bancarias y recibir transferencias sin el riesgo de llamar la atención. 

A medida que ha avanzado la investigación ‘Lava Jato’, los secretos de la compañía Odebrecht han sido expuestos por los propios operadores de la compleja red de corrupción. El modus operandi de la oficina creada para los sobornos no ha sido la excepción, y las revelaciones de quienes se beneficiaron directamente con estos pagos ilícitos apenas comienza.

 

 Esta investigación se realizó gracias al aporte del ciudadano a la campaña ConBoca 100 mil.

 

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