A puertas de vencerse el plazo para la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental de la Hidrovía Amazónica, la primera obra de transporte fluvial de gran envergadura en el país, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones confirmó a Convoca.pe que no existen leyes o normas en materia ambiental que regulen este tipo de transporte ni la intervención en los ríos de la Amazonía peruana. Para ejecutar el proyecto en los próximos 20 años se deberá excavar del fondo de los ríos alrededor de 40 millones de metros cúbicos de sedimentos (equivalente a 16 piscinas olímpicas), según el estudio ambiental presentado por el consorcio Cohidro.

 

A menos de tres meses para que el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (SENACE) apruebe el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la Hidrovía Amazónica, una enorme vía que atravesará ríos amazónicos más importantes del Perú, aún no existe un reglamento de infracciones y sanciones en materia ambiental que regule el transporte fluvial o la intervención de los mismos. Es decir, si se da luz verde a este estudio, no existiría un marco legal que establezca límites sobre cuánto volumen de sedimentos se puede excavar del fondo de los ríos, que regule qué tipo de materiales se pueden vertir a estos ríos o que se sancione el impacto de estas operaciones en los peces, en diversas especies del ecosistema y en la salud de las personas. 

Según el EIA se removerían alrededor de 40 millones de metros cúbicos de organismos vivos y materia inorgánica del fondo de los ríos Huallaga, Marañón, Ucayali, y Amazonas en los próximos 20 años, el equivalente a 16 piscinas olímpicas. A esta intervención se le conoce como dragado y vertimiento, proceso por el cual se remueven sedimentos de los ríos y se reubican en otras zonas para crear una mayor profundidad en las aguas y así permitir el paso de embarcaciones de mayor tamaño en zonas de difícil navegación.

 

Ubicación de los 13 malos pasos y canal de acceso al puerto de Iquitos

 

“Es un proyecto de hidrovía, no de dragado,” aseguró a Convoca.pe Eusebio Vega, gerente técnico del consorcio privado a cargo de la Hidrovía Amazónica, Cohidro, integrado por la firma peruana Construcción y Administración Sociedad Anónima (CASA), que es investigada por el caso 'Club de la Construcción' en el Ministerio Público.

“La intervención se llevará a cabo de manera muy puntual en no más de 70 kilómetros del río, eso equivale a menos 2.6% de la longitud total de las hidrovías”, añadió Vega.

No obstante, el Estudio de Impacto Ambiental indica que se excavarían casi 4 millones de metros cúbicos de sedimentos solo en los dos primero años de construcción del proyecto. Y en los siguiente 18 años, o etapa de mantenimiento de la hidrovía, más de 36 millones de metros cúbicos. 

 

Bajo la lupa

Semanas atrás organizaciones como la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de San Lorenzo (Loreto) expresaron su rechazo frente al proyecto. Los líderes de las comunidades indígenas y ribereñas han señalado que no existe ningún beneficio concreto para los pobladores, según Diego Saavedra, especialista de la ONG Derecho, Ambiente, y Recursos Naturales (DAR). Un ejemplo de ello es que en los próximos 20 años el proyecto solo generará 164 puestos de trabajo y apenas 39 puestos serán para mano de obra local.

 

Número de puestos de trabajo

 

Otra de las preocupaciones es el impacto ambiental del proyecto en la migración de los peces, el retiro de troncos clavados en el lecho de los ríos (conocido como quirumas), y lo que implicaría remover sustancias tóxicas (pasivos ambientales) de los ríos.

En el EIA se han identificado 11 zonas con pasivos petroleros alrededor de los puntos donde ocurriría el proceso de dragado y vertimiento de los ríos. Entre las zonas con residuos petroleros se encuentra el depósito de residuos mal abandonados Loreto Pampa Hermosa FO2500, ubicado a solo 3 kilómetros del río Ucayali, y otros dos pasivos ubicados aproximadamente a 20 metros del río Marañón. Asimismo, se han identificado altas concentraciones de cadmio, arsénico, y plomo en el Puerto de Iquitos. 

“Si ya el petróleo nos ha complicado la vida, ahora con el aumento de transporte qué va a pasar, nadie nos dice nada sobre eso, nadie nos da una solución,” cuestionó Diego Saavedra.

En relación a la migración de los peces, conocido como el periodo de Mijano, no existe un sistema de monitoreo que advierta el desplazamiento de estas especies durante el dragado de los ríos. Las únicas propuestas presentada en el EIA-d han sido los monitores comunitarios y la información de los pescadores, quienes recolectarán información en los puertos locales sobre el paso del Mijano.  

Por otro lado, Saavedra señala que el nivel de incumplimento de los acuerdos por parte del gobierno ha incrementado la desconfianza y rechazo de las comunidades. Definir un reglamento de infracciones y sanciones en materia ambiental respecto al transporte fluvial y el dragado, es precisamente unos de los acuerdos generales hasta la fecha incumplidos.

En marzo de 2017 se constituyó el Grupo de Trabajo Multisectorial Hidrovía Amazónica (GTMHA) para resolver las dudas de los pobladores sobre el proyecto de la Hidrovía y discutir los más de 100 proyectos de inversión en salud, educación, y transporte elaborados en las regiones de Loreto y Ucayali. Sin embargo, la cuarta reunión de trabajo, que se debió llevar a cabo en marzo de este año, no se ha realizado hasta la fecha, indicó Saavedra. 

“El Estado siempre condiciona los derechos a la implementación de proyectos de infraestructura. De alguna forma el mensaje era sin hidrovía no vas a tener educación ni salud,” señaló Saavedra de DAR.

 

Cifras inexactas 

En el EIA se han considerado 13 malos pasos (tramos del río que presenta obstáculos para la navegación) o zonas de dragado ubicadas en los ríos de Huallaga (6), Ucayali (4), Marañón (3) y el Amazonas-Itaya (Canal Iquitos). En base al número de malos pasos y la cifra anual de dragado proporcionada en el estudio ambiental, se calculó que se removerán 40 millones de metros cúbicos de sedimentos del fondo de los cuatro ríos durante la etapa de apertura y mantenimiento de la Hidrovía. 

Al ser consultada sobre el volumen del dragado, Mercedes Lu, especialista en procesos de EIA de la Alianza Mundial de Derecho Ambiental, señaló a Convoca.pe que la cifra podría ser aún mayor ya que el cálculo está basado en un ‘escenario estático’ en donde la cifra anual del dragado se mantendría constante en los próximos 20 años. Lu indicó que el proceso de dragado y vertimiento puede alterar el comportamiento de los ríos y la ubicación de los malos pasos y, por lo tanto, incrementar el número de malos pasos y el volumen de dragado. 

“En muchos de los proyectos que se hacen en el país, en diferente sectores, se levanta la información necesaria para que el proyecto se active y en el camino se hacen los arreglos y ajustes que sean necesarios, una gestión adaptativa", respondió a este medio, José Untama, especialista en gestión ambiental de la oficina de Dirección y Proyectos del Ministerio de Transporte y Comunicaciones. 

Por su parte, el Centro de Investigación y Tecnología del Agua (CITA-UTEC) ha realizado observaciones sobre la metodología utilizada en el EIA para analizar los malos pasos, entre las que menciona que los estudios se realizaron en época de creciente y no en época de vaciante cuando la navegación en los ríos es más difícil y el dragado y vertimiento se hacen más necesarios. Es decir, sin considerar el escenario más complicado.

El CITA también recomendó ampliar el área de estudio del EIA de 209 mil 584 hectáreas a más de 5 millones 437 mil 192  hectáreas. Las 13 zonas de dragado vienen siendo evaluadas como espacios aislados cuando se sabe que el dragado tienen un efecto central en la dinámica de los ríos, aseguró Jorge Abad, director del CITA.  

Diversas fuentes  que tienen conocimiento cercano de estos hechos, han señalado que la Hidrovía Amazónica es un proyecto bastante complejo y sensible, especialmente en relación al proceso de dragado y la dinámica de los ríos. Asimismo, han asegurado que ni el Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental (SENACE) ha considerado un proyecto de tal magnitud.  

Si bien existe un Plan de Manejo Ambiental para proteger los recursos hidrobiológicos, el programa entraría en vigencia a partir del cuarto año de construcción de la hidrovía y solo cuenta con un presupuesto anual de 38 mil soles (equivalente a 11 mil 585 dólares* al año, es decir 965 dólares mensuales). En el quinto año el fondo anual es de 62 mil 170 soles, y a partir del sexto año hasta que finalice el proyecto solo se asignarían 54 mil 640 soles cada año.

La Estrategia de Manejo Ambiental incluye otros siete planes, cuyo presupuesto total asciende a 25 millones 897 mil 212 soles y será ejecutado a partir del cuarto año hasta que termine la concesión. Entre estos planes se encuentran el de monitoreo socioambiental, de manejo de residuos, de manejo de asuntos sociales, de salud y seguridad ocupacional, de educación, capacitación ambiental y seguridad, así como un plan de contingencias, y un plan de abandono y cierre del proyecto. 

 

Plan de Manejo Ambiental
De aprobarse el EIA a fines de este año por SENACE, la ejecución de las obras de la Hidrovía Amazónica se iniciarán en 2019. 

 

(*) Según el tipo de cambio a la fecha del cierre de esta nota: 3.28 soles por cada dólar.